martes, 14 de mayo de 2013


El hombre y la hormiga



Cierto día un hombre estaba sentado a la orilla de una canaleta muy cerca de su terreno, dicha persona estaba muy afligida por ver que su siembra no prosperaba, por tanto no podía venderla, cuando vio pasar una hormiga grande cargando un pedazo de alimento que parecía ser muy pesado, de repente esta se detuvo al sentir una mirada amenazadora, el hombre le grito –ya deja eso pues dicho trabajo no te hará millonaria, al ver tal acto esta tomó su pedazo de alimento- y le respondió –no importa que no sea millonaria tengo una buena vida, pues trabajo para comer, además soy pobre pero no envidio al que tiene trabajo para vivir. No veas a los demás mejor dedícate a lo tuyo, pues de ello es de lo que perecerás.
POR: 
Cesar AntonioAguilar Rodríguez



El zorro y el conejo
En la orilla de un río vivía un zorro, este tenía un árbol de manzanas y cada vez que las manzanas caían del árbol, él siempre las recogía. Las manzanas permanecían mucho tiempo en su sótano por lo que se llenaban rápidamente de gusanos. Un día estaba pasando por ese camino un conejo que estaba hambriento por jugar todo el día, el conejo al ver las manzanas caídas del árbol, intentó tomar algunas, pero el zorro lo descubrió. El zorro le preguntó por qué estaba robando sus manzanas y, el conejo contestó que tenía mucha hambre por haber jugado todo el día. El conejo vio que en su sótano estaba repleto de manzanas pues sus puertas no cerraban. El conejo intentaba convencer al zorro para que le diera algunas manzanas, pero este no compartió sus manzanas, por lo que el conejo siguió su camino. Poco tiempo después el conejo pasó cerca de la casa del zorro donde el agua del río estaba contaminada y el suelo muy fangoso por la cantidad de manzanas que se estaban pudriendo en ese lugar.       
Creado por:
Manuel Isaí Alonso Amaro
José Eduardo Rosales de la Luz
                                          
Fábula de envidia.
Erase un niño de 10 años, amigo de otro lobo que era un enano, al que acompañaban porque más que estimarlo lo cuidaba.
A ciertas horas, todos los veían siempre juntos; y juntos casi no repartían francamente lo que tenían y habían cosas raras porque jamás se hallaron opiniones de ellos entre sí.
Tanto que se amaron que la amistad que tenían la enviaron los demás.
Uno se moría de hambre y dijo órale compadre hay que comprar algo que me muero de hambre y el otro le decía espera aguarda compadre aguántate el hambre guarda un poco de dieta es que ya no aguanto. 
No entiende que no, es que no quiero guardar dieta, no te daré para nada, ni a putazos.
Son dañinos y lo sé porque una vez comí en la calle y me hizo mucho daño y sí te doy me quedare son comer porque el dinero es mío.
Cómprame o invítame algo nada más, no entiende que no ves que solo traigo para comer yo nada más y si no, no tengo para comer al rato, discúlpame.
¿No eres mi mejor amigo? Si pero mientras no me molestes que quieres de comer, pero si das en eso amigo, la amistad se acabó y ya no es nada. 
Por:
Mauricio Alberto Rivera Silva

1 comentario:

  1. Impresionante la capacidad que tienen de realizar dichas creaciones literarias, ya que son muy entretenidas por la forma en que se expresan y su poema muy inspirador y creativo, realmente muy dinámico su blog ya que cumple con el objetivo de permitir un acercamiento aún más grande al fascinante mundo de la literatura. =)

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